Perro ladra

El ladrido es una de las formas más comunes y reconocibles de comunicación canina. Desde tiempos inmemoriales, los perros han utilizado sus voces para expresarse, ya sea para alertar de un peligro inminente o simplemente para manifestar su emoción y alegría. Sin embargo, el ladrido no siempre es bienvenido, especialmente cuando se vuelve excesivo o fuera de contexto. Como tutor de un perro, entender por qué ladra tu perro y cómo manejarlo es esencial para mantener una relación saludable y equilibrada.

La importancia de los ladridos en la comunicación canina

Los ladridos son un medio natural y necesario de comunicación entre los perros y también entre los perros y los humanos. Al igual que los humanos utilizan el lenguaje para expresarse, los perros usan sus ladridos para comunicarse. Es parte de su naturaleza y, en muchos casos, una expresión vital de su estado emocional y sus necesidades.

Es importante no prohibir los ladridos sin antes comprender su propósito. Muchas veces, los ladridos pueden indicar soledad, miedo, territorialidad o incluso alegría y entusiasmo. En lugar de tratar de eliminar completamente el ladrido, es mejor aprender a interpretar lo que el perro está tratando de comunicar y responder de manera adecuada.

Aunque estas situaciones sean frustrantes e incómodas en una convivencia diaria con nuestro perro para controlar, reducir o eliminar los ladridos primero debemos comprender los motivos por los que aparecen.

Tipos de ladridos: ¿Qué está intentando decir Tu perro?

Hay muchos tipos de ladridos y hoy te voy a mencionar aquellos que aparecen con más frecuencia en las rutinas diarias de las personas que viven con perros en sus casas. A lo largo de los años, he identificado varios tipos de ladridos que con más frecuencia generan irritabilidad y frustración en las familias. Cada uno de ellos tienen significados distintos:

  • Reunión o llamada: «Llamad a todos, algo se cuece» es el ladrido que usan los perros para reunir a su grupo o alertar sobre un cambio. “He visto algo, tenéis que verlo todos”.
  • Advertencia de peligro: Un ladrido agudo y rápido puede significar que hay un intruso cerca y que al perro le genera inseguridad así siente que debe alertarnos.
  • Soledad o búsqueda de compañía: Este tipo de ladrido suele ser prolongado y desesperado muchas veces acompañado de un aullido.
  • Saludo y alegría: Un ladrido corto y repetitivo acompañado de movimientos del cuerpo puede significar «Estoy feliz de verte.»
  • Guarda y defensa: «Este es mi territorio, cuidado no te acerques mucho» es lo que un perro quiere comunicar cuando ladra a alguien que se acerca a su espacio. Es un sonido grave, profundo y firme, con seguridad. Con ritmo constante y sostenido con pausas breves entre cada uno.
  • Reclamo de atención: Este ladrido es muy típico en perros a los que se les presta muuuuucha atención continua y acaban desarrollando ladridos para reclamar la atención cuando consideran que no la tienen. Son ladridos agudos con alta frecuencia, persistente, con actitud excitada y, sobre todo, contacto visual directo.
  • Ansiedad o inquietud: Ladridos repetitivos pueden ser un signo de estrés. Son ladridos cortos y la repetición es con una frecuencia alta. Muchas veces están acompañados de un sonido que parece que el perro se está quedando ronco.

Cada tipo de ladrido tiene su contexto y su solución, lo que nos lleva a la siguiente sección

Cuándo preocuparse: Ladridos que necesitan corrección

Aunque los ladridos son una parte natural del comportamiento canino, algunos pueden llegar a ser problemáticos y desesperantes para las familias.. Los ladridos excesivos pueden afectar la convivencia y convertirse en una molestia tanto para los humanos responsables de esos perros  como para los vecinos. Debemos corregir aquellos ladridos que:

  • Dificultan la convivencia o causan conflictos con los vecinos.
  • Son descontrolados y constantes sin una causa aparente.
  • Surgen de comportamientos compulsivos.

Es importante recordar que no todos los ladridos son iguales, y algunas formas de ladrar pueden indicar problemas subyacentes de comportamiento o salud.

Estrategias efectivas para corregir ladridos excesivos

Corregir el ladrido excesivo de un perro requiere paciencia y consistencia. Aquí comparto algunas estrategias que te van a ayudar:

  1. Aumentar el ejercicio: Es fundamental incluir actividad física en la rutina diaria del perro. El ejercicio ayuda a liberar energía acumulada y reduce la ansiedad. Debemos estructurar los paseos que hacemos con el perro y asegurar que le ofrecemos actividad estimulante durante el tiempo de la salida a la calle. 
  2. Evitar recompensas involuntarias: No premiar los ladridos involuntariamente. Esto significa que cuando un perro está ladrando, la gran mayoría de las personas acaban acariciando al perro diciendo: “tranquilo, no pasa nada, cálmate” o se giran a gritarle “NO, NO HAGAS ESO, CÁLLATE YA QUE ME TIENES HARTITA”. Esta interacción el perro la comprende como refuerzo social. Por lo tanto repite esta conducta en las siguientes ocasiones porque ha entendido que eso es lo que quieres que haga.
  3. Utilizar retirada de la escena y la evitación: Retirar algo que el perro desea cuando ladra de manera inapropiada o retirar al perro del lugar en el que está ladrando de forma descontrolada. La evitación también puede ser útil para prevenir situaciones que desencadenan los ladridos. Esta estrategía es útil y eficaz en caso de que los ladridos de tu perro sean generados por un reclamo de atención.
  4. Contracondicionamiento: Enseñar al perro un ejercicio alternativo que pueda realizar en vez de ladrar. Los pasos a seguir serían: cuando el perro empieza a ladrar desviamos su atención y le redirigimos al comportamientos alternativo que hemos acordado previamente, una vez que el perro lo realiza lo premiamos con una golosina, una caricia o un juguete. Este ejercicio deberíamos repetirlo hasta que el perro lo aprenda y lo empiece a hacer sin tus directrices.

Al aplicar estas estrategias, es posible reducir significativamente los ladridos excesivos.

El papel del ejercicio y la actividad en el control del ladrido

El ejercicio no es solo una forma de mantener a tu perro en forma, sino que también es crucial para su bienestar mental. Aumentar la actividad física ayuda a reducir los ladridos excesivos. Sin embargo, es importante entender que el ejercicio no es simplemente dejar que el perro corra libremente. Debe ser una actividad estructurada que desafíe tanto al cuerpo como a la mente del perro.

Incluir juegos interactivos, sesiones de entrenamiento y paseos estructurados regulares puede ser muy efectivo. El ejercicio no solo disminuye la energía acumulada que puede resultar en ladridos, sino que también proporciona una salida para el estrés y la ansiedad.

Limitaciones: ladridos que no pueden ser eliminados por completo

Es importante ser realista sobre las expectativas en cuanto al control del ladrido. Algunos ladridos, como los de alerta o territorialidad, son parte del instinto natural de un perro y no pueden y no deben ser completamente eliminados. Si un perro vive en un jardín y alguien pasa cerca, es natural que ladre. En ese caso podemos permitir que ladre para cubrir su instinto natural, sin embargo le podemos enseñar que acabe cuando se lo pedimos. En ese caso el perro puede ladrar y cumplir su función a la vez que no entra en una conducta repetitiva o compulsiva que acaba generando problemas con el entorno familiar y vecinos.  

En caso de vivir en un piso un perro con una genética de alerta o guarda puede ladrar al timbre o el sonido del ascensor o vecinos pasando por el portal. Aquí, el objetivo es el mismo. No eliminar el ladrido, sino enseñarle al perro a detenerse cuando se lo indiques y después darle una alternativa diferente que le guste. Esto evita que el ladrido se vuelva compulsivo y fuera de control.

Conclusión: Un enfoque equilibrado para manejar el ladrido canino

El ladrido de un perro es una forma vital de comunicación que no debe ser suprimida sin comprender su significado. Como humanos responsables, es nuestra tarea entender por qué ladra nuestro perro y abordar cualquier comportamiento problemático con paciencia y comprensión.

Integrar estrategias de adiestramiento efectivo y proporcionar suficiente ejercicio y estimulación mental es clave para mantener a nuestro perro feliz y equilibrado. Recordemos que un ladrido saludable es una señal de un perro que está comunicando sus necesidades y emociones, y que nuestra respuesta debe ser siempre considerar lo mejor para nuestro compañero canino.

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